¡Van tan pocos días del año y ya han habido tantas cosas!
El año partió como el hoyo. O sea, el carrete de año nuevo estuvo entretenido. Luego, los dos días siguientes, en vísperas de "entrega de resultados PSU", tuve harta compañía que me daba ánimos y me tranquilizaba. Aunque estaba tranquila, era improbable que no quedara en física en la cato, porque igual había tenido, cuando menos, 750 puntos en mate.
3 de enero, 00:00. Puntajes que ni me alcanzaban para física. 702 en matemática. Claro, había subido en ciencias, pero necesitaba matemática. Bueno, tendría que hablar con mis papás por el tema de irme a Concepción. Postulé de todos modos a la cato, astronomía y física, y astronomía en la de conce, como siempre se había conversado.
3 de enero durante el día, destruida. Al día siguiente mi papá empezaba sus vacaciones e íbamos a salir a comer, así que ahí planteaba el tema, aprovechando que tendría la opinión de todos.
Además, había que ver el tema de la matrícula, porque mis papás se iban de vacaciones y tendría que hacerlo mi hermana.
Bueno, no me acuerdo bien de como fue, pero mas o menos pasó así:
Papá: Paulina, el 13 entonces tienes que matricular a la Stef por internet. Te tienes que sacar una foto y hacer todos esos trámites... no hay que ir a San Joaquín hasta un tiempo más...
Stef: Y si no quedo en la cato?
Papá: ¿Pero por qué tan pesimista? Sí vas a quedar en la cato.
Stef: ¡¿Y si no?!
Papá: ¡¿Tiene sentido ser así de negativa?!
Stef: ¡¡No es de negativa, es tener bien claras todas las opciones!!
Papá: ¡¿Y cuáles serían tus opciones?!
Stef: ¡Vendría la universidad de conce, como habíamos conversado!
Papá: ¡¡Tú haces preuniversitario de nuevo, a conciencia, antes que irte a esa ciudad terremoteada!!
Me quedé callada, parece que no me iban a hacer caso con eso. Y al día siguiente se fueron temprano. Y al subsiguiente, mi hermano me dejó de hablar.
Algunos me vieron llorar por lo mal que estaba con eso. Quería hablar con él, pero no me atrevía... era tan seco para hablarme...
Fueron varios días que estuve completamente sola. Nunca hablo demasiado con la Lore, y la Pau no vive en mi casa. Así que hablaba con ella por teléfono. El lunes no aguanté más y el martes me fui, necesitaba respirar. Pero no estaba tan tranquila, el miércoles daban los resultados de las postulaciones.
Y los mismos que me vieron llorar antes me vieron llorar otra vez. No había quedado en la cato y las posibilidades de correr tantos puestos en la lista de espera era mínima. Llamé a los que había prometido, dejando a mis papás para el final. Pero tuve que hacerlo de todos modos.
Lo único que propusieron fue estudiar otra carrera en una privada. Me puse a llorar como idiota. Y me fui camino a mi casa.
En el bus, le mando un mensaje a mi sicóloga.
En el metro, mi hermano me llama diciendo que mejor vaya a la casa de mi hermana. Redireccionando...
Más adelante en el metro, mi hermana me llama para decirme que estaba entre las primeras seleccionadas en Astronomía en la UdeC. Y qué, no me iba a poder ir a estudiar. Y me felicita.
Lloro intermitente todo el camino. Odio llorar. No por verguenza, pero a veces es tan inútil... oh, pero me sentía tan mal!
Llego a la casa de mi hermana. ¡FELICIDADEEES!, me grita, me abraza... y me pongo a llorar. De nuevo, pero mucho más.
¡QUÉ ME IMPORTA HABER QUEDADO SI NO PODRÉ IRME DE TODOS MODOS!
Igual le hice caso y empecé a buscar residencias. Cuando me tranquilicé, ella me dice que ya había hablado con mis papás, y que no me esperanzara, pero al menos están más abiertos a diferentes posibilidades. Y me dice que yo tendré que hablar con ellos. Obvio, había que tomar decisiones en menos de un día.
Busqué pensiones, residenciales, el procedimiento de matrícula, el precio de los pasajes, me comí un manjarate, descansé, jugué con mi sobrina.
Al rato llega Angelo, que me abraza y me felicita. Por la cresta, no quiero más felicitaciones, pero parece que mi hermano me devuelve la palabra...
Me dice que había hablado con mis papás, que están considerando el que yo me vaya a conce, y me siento mejor... hasta que me dice que tendría que hablar con ellos.
Goddamit, si sé que tengo que hablar con ellos, pero no quiero!
Seguí buscando pensiones, y mientras tanto, mis hermanos me decían que yo siempre tuve la razón, fue muy malo de parte de mis papás no haber querido ver todas las posibilidades, y que se lo habían dicho.
Bueno, ya me siento mejor.
Encuentro una pensión que me tinca bastante, llamo, y me gusta más.
Y ya va siendo tarde y tengo que llamar a mis papás. Crap.
Pero bueno, fue una conversa emocionante que olvidé. Sólo que me dieron el permiso para matricularme, con la condición de que estuviera atenta a las listas de espera y diera la PSU otra vez.
Eso. Ahí, miércoles 12 de enero, termina lo horrible del año. Y en la noche de ese día todo mejora increíblemente.
Me reconcilio con mi hermano. O el se reconcilia conmigo, como sea.
Se me quitan todos mis dolores, excepto el de coxis.
Y en general, la relación con mis hermanos va mucho mejor. Y mis papás empiezan a tratarme como una persona de 19 años y no de 13, dentro del trato que se puede captar por teléfono.
Mi sicóloga me felicita cuando le cuento todo esto. Ahora sí que acepto felicitaciones. Y me recalca que debo retar a mis papás por no haberme hecho caso del "y si no...?". Como si no tuviera presente hacerlo.
En fin, empiezo a sentirme mucho mejor conmigo y con mi familia. Sólo me nacen las ganas de ver a mis papás pronto; fue una decisión grande tomada por teléfono. Me habría gustado conversarlo cara a cara.
Me matriculé, el sábado no corrieron las lsitas de espera... para mi alivio, casi. De ociosa, estuve revisando viejos e-mails que yo he mandado y viejas cosas que he escrito para mí, y desde chica tenía ese deseo de irme a estudiar a otro lugar.
Y resulta que ese lugar tendrá el plus de tener el clima que a mí me gusta. Así que ya estoy muy motivada con la idea.
El miércoles me voy a terminar los trámites, reservar la pensión y todo eso. Así que de verdad, estoy feliz!!
El único pero que veo de momento, que es grande y gordo, pero no mas bravucón que mi motivación, es el cuánto voy a echar de menos a todos. Y la personita que más espacio ocupa en ese enorme "todos", irónicamente, es mi Lau. Sí, ella es a la que más me va a costar decirle chao, sobretodo cuando vea su manito diciéndomelo, cuando se suba al auto de vuelta a Santiago....
.... dándose iniciada, para mí, una experiencia que me seguirá toda la vida!
ASTRONOMÍA EN UDEC..... here we go!