viernes, 31 de agosto de 2018

Love hurts

El amor duele. Frase cursi, cliché, dramática, débil, trillada, repetida, emo.
A veces ocurre una situación sobre la que no puedes tener el control. Supéralo. El control de tu vida es una ilusión. Mientras vivas en un entorno, no existe tal cosa como tener el control de tu vida. Puedes tener mil planes y mil métodos, pero al final es la suma de todo lo que ocurre a tu alrededor lo que determina cómo vas a vivir los próximos segundos, horas, días, años.
Pero vivimos sintiendo que tenemos ese control. Y cuando se nos va de las manos, entramos en una situación de desesperanza.
No tienes nadie a quien culpar. No hay nada que puedas hacer. A veces tu única decisión posible será entre decir o no lo que estás sintiendo. Pero las consecuencias de tus acciones no dependerán de ti.
¿Lo digo o no? Si no lo digo, nos destruirá. Si lo digo, podría destruirnos... O tal vez no.
Lo dije. Y nos destruí.
Pero no fue mi culpa. Ni la suya. No hay nadie a quien culpar. No hay nada que pueda hacer. Mi única decisión posible era decir o no lo que estaba sintiendo, y lo dije. Y sus consecuencias fueron horribles.
Ahora el "nosotros" pende de un hilo.
Lo que no dije fue que, muy dentro de mí, tenía la esperanza de que te aparecieras. Que vinieras a decirme que esto te importa. Que quisieras convencerme de ello a como de lugar. Pero no lo hiciste. No es tu culpa. Yo misma te dije que era momento de ocuparte de ti.
Y me encanta que hayas tomado esa decisión. Te hace fuerte.
Pero me duele que no hayas intentado convencerme de que estaba equivocada. ¿Lo estaba? Quiero pensar que sí, pero no lo dijiste, no lo demostraste, no buscaste convencerme, demostrarme que esto te hace bien.
Pero te pregunté si te hacía bien. Era una pregunta de sí o no. Pero no respondiste.
Y ahora no sé que va a pasar. Y no tengo el control sobre ello. No hay nada que pueda hacer. Mi única decisión fue preguntarte si yo te hacía bien. Tenía que escucharte decir que sí. No podía vivir con esa incertidumbre. Pero ahora no sólo sigo con esa incertidumbre, sino que ahora estás inseguro porque sabes que vivo con eso.
No sé que va a pasar. Me duele. Me duele el pecho, la cabeza, la garganta, la guata, las piernas, mis manos.
Sólo quiero verte. Escucharte decir que estamos bien. Ver tu cara siendo coherente con tus palabras. Sentir tu abrazo sincero. Sentir tus besos de siempre. Te lo dije.
Pero no viniste.
Y no hay nadie a quien culpar.

martes, 4 de octubre de 2011

Doble ataque terrorista.

Ayer estaba caminando por los bellos senderos de la universidad, donde hay ríos y piedras talladas, todo bajo la fresca sombra que dejan los árboles del bosque, cuando aparece mi hermano, muy preocupado, informándome que ocurrió un incendio en cadena, intencionado, que afectó a 9 estaciones de metro centrales, dejando aproximadamente 900 víctimas fatales. En lugar de tener clases, íbamos a tener una charla informativa sobre esta tragedia, una de las más grandes acontecidas en la historia de Chile. Sin embargo, esta actividad no pudo llevarse a cabo, pues el profesor que iba a dar la charla había muerto en el ataque.
Entonces mi mamá me despertó.
Ayer en la tarde fui al mall con mi hermano, y le estaba contando el sueño del incendio, cuando lo llama por teléfono la polola. Cuelga asustado y me dice "corre". Empieza a correr y lo sigo, hasta que llegamos a la salida del cine. "¿Qué onda, qué pasa?" le pregunté. "Va a explo-" y se escucha el sonido de una bomba estallando, que alcanzó hasta apenas unos metros de donde estábamos. Alcancé a quedar menos de un segundo en una impresión enorme causada por cuerpos volando, producto de la explosión, cuando mi hermano me grita "Cresta, ¡corre!". Sigo corriendo no sé a dónde, hasta que llegamos a las afueras del mall. "Explícame, qué onda, qué pasa!" "Unos terroristas pusieron bombas en el mall, lo anunciaron segundos antes de la primera explosión... Ella lo vio en las noticias y me llamó altiro. Nos salvamos por poco". Entonces, vimos a muchos hombres con la cara cubiertas,  entrando a chorros al mall, lanzando piedras, disparando sus metralletas, ¡querían matarlos a todos!, y cuando nos vieron, nos pusimos a correr.
Corrimos hasta encontrar un lugar temporal donde escondernos, pues nos encontrarían ahí tarde o temprano. Por suerte, apareció la polola de mi hermano a tiempo, nos subimos a su auto, y a máxima velocidad nos sacó de ahí. Creímos estar a salvo, pero en poco tiempo nos alcanzó un grupo de ellos, amenazándonos.
"Lo siento..." dijo ella, y se bajó del auto. Fue entonces que me llegó un piedra muy fuertemente, golpeándome la cabeza y dejándome inconsciente.
Y desperté con la luz del sol en mi cara.

lunes, 21 de febrero de 2011

Alerta Roja en Valparaíso!

Ya iban cerca de 3 días que en las noticias sólo hablaban de la poderosísima tormenta que estaba atacando despiadadamente a Valparaíso. Al principio me preocupé por mis abuelos, que son de Viña, pero cuando confirmaron que ese sector estaba fuera de peligro me quedé tranquila.
No me duró tanto. Estaba conversando como siempre hacía con un buen amigo, pero estaba diferente.
-Oye, ¿te pasa algo?
-Sí, estoy preocupado.
-¿Por qué? ¿Qué pasa?
-Mi mamá y mi hermana están en Valparaíso.
Mierda, me dije.
-Y has sabido algo de ellas?
-No, nada, e ir sería un suicidio. Tendré que esperar no más a ver que pasa.
-No digas eso, yo te acompaño. Vamos.
Llegamos a Viña en su auto porque ningún bus estaba haciendo ese tramo, por el peligro. Desde bien lejos se veían los rayos cayendo en una ciudad completamente inundada. Habían pocas personas, y todos en bote. Los que tenían dónde ir ya se habían escapado.
-No se habrán ido?
-No. Me habrían llamado.
Tomamos un bote, navegamos sobre esa nueva Atlántida, mientras veíamos rayos caer y caer. Parecía que fuera la hora más oscura de la noche, cuando era pleno día.
No encontrábamos a nadie y estábamos por rendirnos, y en el camino de vuelta surgió un par de brazos desde el agua, aferrándose con la poca fuerza que tenían al bote.

Ahí desperté.

domingo, 16 de enero de 2011

Año loco.

¡Van tan pocos días del año y ya han habido tantas cosas!
El año partió como el hoyo. O sea, el carrete de año nuevo estuvo entretenido. Luego, los dos días siguientes, en vísperas de "entrega de resultados PSU", tuve harta compañía que me daba ánimos y me tranquilizaba. Aunque estaba tranquila, era improbable que no quedara en física en la cato, porque igual había tenido, cuando menos, 750 puntos en mate.
3 de enero, 00:00. Puntajes que ni me alcanzaban para física. 702 en matemática. Claro, había subido en ciencias, pero necesitaba matemática. Bueno, tendría que hablar con mis papás por el tema de irme a Concepción. Postulé de todos modos a la cato, astronomía y física, y astronomía en la de conce, como siempre se había conversado.
3 de enero durante el día, destruida. Al día siguiente mi papá empezaba sus vacaciones e íbamos a salir a comer, así que ahí planteaba el tema, aprovechando que tendría la opinión de todos.
Además, había que ver el tema de la matrícula, porque mis papás se iban de vacaciones y tendría que hacerlo mi hermana.
Bueno, no me acuerdo bien de como fue, pero mas o menos pasó así:

Papá: Paulina, el 13 entonces tienes que matricular a la Stef por internet. Te tienes que sacar una foto y hacer todos esos trámites... no hay que ir a San Joaquín hasta un tiempo más...
Stef: Y si no quedo en la cato?
Papá: ¿Pero por qué tan pesimista? Sí vas a quedar en la cato.
Stef: ¡¿Y si no?!
Papá: ¡¿Tiene sentido ser así de negativa?!
Stef: ¡¡No es de negativa, es tener bien claras todas las opciones!!
Papá: ¡¿Y cuáles serían tus opciones?!
Stef: ¡Vendría la universidad de conce, como habíamos conversado!
Papá: ¡¡Tú haces preuniversitario de nuevo, a conciencia, antes que irte a esa ciudad terremoteada!!

Me quedé callada, parece que no me iban a hacer caso con eso. Y al día siguiente se fueron temprano. Y al subsiguiente, mi hermano me dejó de hablar.
Algunos me vieron llorar por lo mal que estaba con eso. Quería hablar con él, pero no me atrevía... era tan seco para hablarme...
Fueron varios días que estuve completamente sola. Nunca hablo demasiado con la Lore, y la Pau no vive en mi casa. Así que hablaba con ella por teléfono. El lunes no aguanté más y el martes me fui, necesitaba respirar. Pero no estaba tan tranquila, el miércoles daban los resultados de las postulaciones.
Y los mismos que me vieron llorar antes me vieron llorar otra vez. No había quedado en la cato y las posibilidades de correr tantos puestos en la lista de espera era mínima. Llamé a los que había prometido, dejando a mis papás para el final. Pero tuve que hacerlo de todos modos.
Lo único que propusieron fue estudiar otra carrera en una privada. Me puse a llorar como idiota. Y me fui camino a mi casa.
En el bus, le mando un mensaje a mi sicóloga.
En el metro, mi hermano me llama diciendo que mejor vaya a la casa de mi hermana. Redireccionando...
Más adelante en el metro, mi hermana me llama para decirme que estaba entre las primeras seleccionadas en Astronomía en la UdeC. Y qué, no me iba a poder ir a estudiar. Y me felicita.
Lloro intermitente todo el camino. Odio llorar. No por verguenza, pero a veces es tan inútil... oh, pero me sentía tan mal!
Llego a la casa de mi hermana. ¡FELICIDADEEES!, me grita, me abraza... y me pongo a llorar. De nuevo, pero mucho más.
¡QUÉ ME IMPORTA HABER QUEDADO SI NO PODRÉ IRME DE TODOS MODOS!
Igual le hice caso y empecé a buscar residencias. Cuando me tranquilicé, ella me dice que ya había hablado con mis papás, y que no me esperanzara, pero al menos están más abiertos a diferentes posibilidades. Y me dice que yo tendré que hablar con ellos. Obvio, había que tomar decisiones en menos de un día.
Busqué pensiones, residenciales, el procedimiento de matrícula, el precio de los pasajes, me comí un manjarate, descansé, jugué con mi sobrina.
Al rato llega Angelo, que me abraza y me felicita. Por la cresta, no quiero más felicitaciones, pero parece que mi hermano me devuelve la palabra...
Me dice que había hablado con mis papás, que están considerando el que yo me vaya a conce, y me siento mejor... hasta que me dice que tendría que hablar con ellos.
Goddamit, si sé que tengo que hablar con ellos, pero no quiero!
Seguí buscando pensiones, y mientras tanto, mis hermanos me decían que yo siempre tuve la razón, fue muy malo de parte de mis papás no haber querido ver todas las posibilidades, y que se lo habían dicho.
Bueno, ya me siento mejor.
Encuentro una pensión que me tinca bastante, llamo, y me gusta más.
Y ya va siendo tarde y tengo que llamar a mis papás. Crap.
Pero bueno, fue una conversa emocionante que olvidé. Sólo que me dieron el permiso para matricularme, con la condición de que estuviera atenta a las listas de espera y diera la PSU otra vez.

Eso. Ahí, miércoles 12 de enero, termina lo horrible del año. Y en la noche de ese día todo mejora increíblemente.
Me reconcilio con mi hermano. O el se reconcilia conmigo, como sea.
Se me quitan todos mis dolores, excepto el de coxis.
Y en general, la relación con mis hermanos va mucho mejor. Y mis papás empiezan a tratarme como una persona de 19 años y no de 13, dentro del trato que se puede captar por teléfono.
Mi sicóloga me felicita cuando le cuento todo esto. Ahora sí que acepto felicitaciones. Y me recalca que debo retar a mis papás por no haberme hecho caso del "y si no...?". Como si no tuviera presente hacerlo.
En fin, empiezo a sentirme mucho mejor conmigo y con mi familia. Sólo me nacen las ganas de ver a mis papás pronto; fue una decisión grande tomada por teléfono. Me habría gustado conversarlo cara a cara.
Me matriculé, el sábado no corrieron las lsitas de espera... para mi alivio, casi. De ociosa, estuve revisando viejos e-mails que yo he mandado y viejas cosas que he escrito para mí, y desde chica tenía ese deseo de irme a estudiar a otro lugar.
Y resulta que ese lugar tendrá el plus de tener el clima que a mí me gusta. Así que ya estoy muy motivada con la idea.
El miércoles me voy a terminar los trámites, reservar la pensión y todo eso. Así que de verdad, estoy feliz!!
El único pero que veo de momento, que es grande y gordo, pero no mas bravucón que mi motivación, es el cuánto voy a echar de menos a todos. Y la personita que más espacio ocupa en ese enorme "todos", irónicamente, es mi Lau. Sí, ella es a la que más me va a costar decirle chao, sobretodo cuando vea su manito diciéndomelo, cuando se suba al auto de vuelta a Santiago....

.... dándose iniciada, para mí, una experiencia que me seguirá toda la vida!

ASTRONOMÍA EN UDEC..... here we go!

viernes, 17 de diciembre de 2010

Ancianas Prisioneras

De regalo de navidad, mis papás me dieron vacaciones en EEUU. Genial! Acompañada de ellos, por supuesto. Partiríamos hoy mismo.
En el aeropuerto teníamos que subir varios pisos en escalera mecánica para tomar el avión. Uno de los muchos pisos era un basural. Había muchas bolsas de basura llenas, grandes. Detrás de ellas me pareció ver gente...
-Mira-me dice mi mamá.-Esas son las prisioneras.
Y en efecto, eran 6 ancianas, con las muñecas esposadas atrás, amordazadas, consumidas por el tiempo y la debilidad.
-Pero mamá... tenemos que ir a sacarlas de ahí!!!
-No podemos. No nos corresponde a nosotros...
-PERO TENEMOS QUE HACERLO
-Stefania, por favor, déjalas...
Verlas en ese estado, ver sus rostros suplicantes, ver sus cuerpos encogidos... lo único que me causaba era el aumento del deseo de sacarlas de ahí.
Volví a ese piso. Estaban muy fuertemente amarradas, pero podíamos sacarlas de ahí. Veía la esperanza en sus ojos que me miraban fijo.
Me di la vuelta para ir a conseguir algo que me ayudara a desatarlas, y me encontré con un pequeño grupo de personas que también las quería rescatar.
Con ellos, éramos 6.
Cada uno de nosotros se dirigió y dedicó a una anciana. La que yo liberé era muy pequeña, estaba flaca, desnutrida, y era de piel negra. La llevé en mis brazos, apenas pesaba, pero ella celebraba, sólo quería salir a celebrar.

Ahí desperté.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Retroceder en el tiempo...

Estaba con Waldo y Pepe, discutiendo enfurecidos los tres, en mi parcela. Estábamos muy enojados entre nosotros.
De pronto aparece una señora que nos dice:
-Stefania: tienes que arreglar las cosas para evitar que ustedes se conozcan.
Ella desaparece junto a todo lo demás.
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Despierto en mi mesa, están terminando las clases, ya por fin se acabará IIº y va quedando menos para salir del colegio....

Parece ser que soñé que ya había terminado el colegio, pero aquí estoy...

Veo en la otra esquina de la sala a Pepe, está conversando con Waldo, y tengo ganas de ir a conversar con ellos. Pero a medida que me voy acercando veo en ellos esa mirada de "¿Por qué viene ella?"... Algo me dice que no somos amigos. Que nunca hemos sido amigos.

No, nunca hemos sido amigos. Nunca me he dado el tiempo de conocerlos. Pero algo me dice que sería bueno conocerlos...

-Hola.
-Hola - me responde Pepe. Waldo no dice nada.
-Cómo están?
-Bien... - dice. Me mira con esa cara de desconocida y confusión. ¿Qué me hizo venir a saludarlos? No entiendo por qué, pero esa expresión me hiere...
-Me puedo sentar aquí?
-Sí, como quieras. - Se nota claramente su incomodidad.

Ya quedan esos clásicos 30 minutos de clases, últimos días, ya nadie hace nada. Aprovecho para preguntarles.

-Oye Pepe, no te sientes raro?
-Raro cómo?
-Raro... como si tuvieras 19 años?
-No mucho la verdad.
-Ah.

No puedo estar tan loca, mi sueño era demasiado realista.

-Waldo, me podrías llevar a la clínica cuando termine la hora?
-Eeeeh... sí... sí, bueno.
-Gracias!!

Veo a Broko acercarse y verme con cara de "Y ella que hace aquí??", y me siento demasiado incómoda y me voy a sentar con la Ale.
-¿Qué onda? ¿De cuándo te juntas con ellos?
-No sé... me siento rara.

Me quedo pensando... me acuerdo de mi cumpleaños 17... del 18... me acuerdo de estar a unos días de cumplir 19... recuerdo definitivamente haber estado más flaca de como soy ahora, y no hace mucho! Pero aquí estoy, indiscutiblemente de 16, en clases, con el pelo horrible y piernas gordísimas. Como si hubiera soñado con un buen futuro a corto plazo, muy bueno para ser real. Y por qué diablos habría sido amiga de esos dos? Si jamás he hablado con ellos! Pero recuerdo nítidamente ocasiones en que lo pasamos increíble, riéndonos...

No puede haber sido eso irreal.

Suena el timbre. Antes de ir donde Waldo le pregunto a Pepe si nos acompaña. Me dice que sí. Nos subimos al auto.
Vamos en el camino y decido averiguar si estoy tan loca o no... Llevando un trecho de camino sin haber intercambiado palabra digo:
-Waldo.
-Qué?
-Hace cuánto tienes licencia?
-Un año y poco... por qué?
-Desde hace cuánto que la gente de casi 15 años puede sacar licencia?

Frena en seco y se escuchan bocinazos. Pepe, lentamente, dice:
-Yo tengo 19 años. Salí el año pasado del colegio.
-Mírate al espejo. - le respondí.
Se mira al espejo. -Chucha... Mira la cara de niño....
-Estamos en IIº... tenemos cuánto? 16 años?
-Claro, 16... pero entonces?

Bueno, era obvio que no estaba loca... ellos también sentían que algo raro estaba pasando.

-Parece que volvimos al pasado...
-Como un viaje en el tiempo?
-No, los viajes tienen vuelta. Ahora simplemente parece que se nos repetirán tres años de vida.
-Pero por qué? - dice Waldo.

Intento recordar... qué pasó?
Me acuerdo de la señora...
¡Era mi sicóloga!
¿Qué me había dicho?

-Parece que nos estábamos peleando. Parece que alguien que quería mi paz no encontraba bueno que nos conociéramos. Y retrocedimos en el tiempo. Pero no pretendo evitar que seamos amigos.
-Ni cagando. Lo pasamos demasiado bien en el rancho! - dice Waldo.
-¿Cuándo fueron al rancho? ¿Qué onda? - dice Pepe.
-Si tú te acuerdas de haber ido al rancho... y tú sabes lo que es el rancho... entonces no estamos locos. Fuimos creo que.... en un año más...
-Oh, es demasiado freak todo esto.
-Sí... demasiado freak...


Ahí desperté.

domingo, 24 de octubre de 2010

Orden de Pololeo.

Me dejó pensando por dos días enteros cuando mi sicóloga me dijo que, al yo decir que no me interesa ponerme a pololear, en realidad estaba evitando el tema con el fin de que no descubrieran que, en realidad, me da miedo ser lastimada, pero que en fondo sí lo deseo.
Suena muy convincente para mí. Bastante. Hasta lo creí. Y puede que todavía lo crea. Pero no puedo evitar ponerme aún más pensativa y concluir con un fuertemente gritado "PARA QUÉ???"
Sí, admito que de vez en cuando viene la weaíta de "me siento sola por la chucha :(", pero buscar pololo para tener esa compañia que se necesita "de vez en cuando".... no!!
También admito que es algo bajoneante ir a un carrete con las amigas, cada una con su pololo menos yo. Me buscaré un pololo de carretes para no sentirme "la única que no"? Tampoco!!

Y okey, si "me hará bien pololear", entonces me buscaré a alguien? Francamente no me atrae en absoluto la idea de buscar a alguien, que en volá me guste, y empezar algo... y no pienso obligarme a sentir nada lo bastante fuerte para que empezar algo sea atractivo.

No weón. Y a la próxima "amiga" que se preocupe de que ando TODAVÍA (oh por dios!!) soltera.... CHÚPALA!!!

:)